Despertar a mi verdadera esencia

24.03.2021

Desidentificación: somos mucho más que nuestra personalidad.

¿Qué es lo que buscamos en realidad?

Tenemos todo tipo de ideas sobre lo que creemos que necesitamos o deseamos y pensamos que, una vez lo alcancemos, nos vamos a sentir satisfechos y completos: «si encontrara una pareja... sería feliz, si tuviera una casa mejor... estaría mucho más contenta, si...» Sin embargo, la vida nos revela que la nueva pareja puede ser maravillosa pero no nos llena del modo que creíamos que lo haría y que la nueva casa nos hace sentir mejor pero durante un tiempo.

Se nos ha enseñado que la calidad de nuestra vida mejorará principalmente si varía nuestra realidad externa, sin embargo, la vida nos descubre que la felicidad que está ligada a las circunstancias externas, como bienes materiales, personas, situaciones, es efímera, mientras que la que viene desde adentro es permanente y plena.

Y si en lugar de seguir buscando fuera, empiezo a encontrar dentro.

Como dijo Eckhart Tolle "Deja de buscar afuera aprobación, seguridad o amor... tienes un tesoro dentro de ti que es infinitamente mayor que cualquier cosa que el mundo te pueda ofrecer"

Nos sentimos identificados con nuestra personalidad y la experimentamos como la única realidad. No obstante, somos mucho más que nuestra personalidad. La personalidad no es más que las partes conocidas y condicionadas que hemos ido construyendo sobre las experiencias que hemos vivido y que hemos registrado en nuestra memoria. La mayoría de lo registrado y guardado en la memoria, es decir, las estrategias que nos permitieron salir hacia delante, las imágenes propias o los comportamientos, es inconsciente. Cada vez que nos identificamos con nuestras propias ideas, creencias, automatismos emocionales y mecanismos de defensa, potenciamos la sensación de "yo" y nos separamos de nuestra verdadera esencia.

Cuando comprendemos que, si dejamos que cada una de estas capas de identidad se vaya abriendo y poco a poco desprendiendo, podremos descubrir que estas identificaciones son el origen de nuestro malestar e infelicidad, debido a que nos reconocemos con un sentimiento limitado del yo. Al vivir desde la inconsciencia y la desatención, vinculamos nuestro sentido de identidad a esas capas protectoras que y olvidamos quién somos realmente.

Te propongo salir del estado de inconsciencia desde el que surge la identificación y empezar a prestar atención para recorrer el camino de la desidentificación. La desidentificación permite desprender aquellas capas externas que creíamos ser e ir desprendiéndonos de ellas, de forma que lleguemos a vislumbrar nuestra verdadera naturaleza y nuestro núcleo profundo.

¿Te atreves?

Si sientes el impulso de recorrer el camino de la desidentificación, sigue leyendo...

Cultivar la desidentificación del contenido mental.

Pasamos la mayor parte del día atrapados en pensamientos, preocupaciones e ideas. Nos conectamos de manera automática e inconsciente con esos pensamientos recurrentes y con el contenido mental que pensamos que nos constituye. Rara vez estamos presentes en nosotros mismos y en nuestra experiencia inmediata del presente.

Comprender nuestra propia personalidad y como ésta de identifica con la mente, con las emociones, así como con los mecanismos de defensa, etc conlleva:

Cultivar la Atención en el momento presente. Hay anclajes que te permiten focalizar la atención en el momento presente. El principal anclaje es la respiración. Observar la respiración es una práctica que puedes realizar en cualquier momento a lo largo del día.

Tomar conciencia de un pensamiento recurrente que posiblemente no corresponde al presente. Hay muchos pensamientos repetitivos inconscientes que nos alejan de nuestra esencia, como por ejemplos: yo no valgo, vales si haces lo que esperan de ti, yo no soy suficiente, etc.

Desidentificarse de lo mental: emprender un proceso de desidentificación progresivo del contenido mental en general y de los pensamientos en particular. Se trata de, una vez localizado el pensamiento, observarlo sin identificarte, es decir, cultivar que no te atrape, que no te condicione, que no posea poder sobre ti, dado que  tú eres mucho más que ese pensamiento.

Abrir un espacio a lo nuevo: permitirse conectar con algo nuevo, algo diferente.

Para la mayoría de nosotros es un proceso paulatino y a veces arduo. En la mayoría de los casos se produce de forma lenta y gradual, con avances y retrocesos, ya que estamos demasiado apegados a nuestras ataduras como para que nos resulte fácil dejarlas caer. Pero a medida que nos vamos desprendiendo de las capas limitadoras nos descubrimos experimentando profundamente la gran liberación de Ser.

¿Y cómo cultivar la desidentificación del contenido mental?

A través de la meditación, que facilita el proceso de la observación de los pensamientos e induce a no creer todo lo que surge en tu mente. Esta meditación guiada, es una práctica sencilla que en mis cursos tiene muy buena acogida y que abre la puerta a salir de las trampas mentales y soltar los pensamientos. Confío en que te sea útil.